
El verdadero coste de la moda rápida: por qué las compras de segunda mano son el futuro
6 de mayo de 2025Por Laura Faison, Goodwill de Virginia Central y Costera
Cada año, los estadounidenses desechan millones de toneladas de ropa, gran parte de ella apenas usada. La moda rápida —ropa moderna y económica, diseñada para uso temporal— ha creado una cultura del descarte que perjudica nuestro planeta. La realidad es cruda: la industria de la moda es responsable del 101% de las emisiones globales de carbono y es el segundo mayor consumidor de agua del mundo.
Aquí, en el centro y la costa de Virginia, solo Goodwill evitó que más de 40 millones de libras de textiles terminaran en vertederos en 2024, lo que demuestra que comprar ropa de segunda mano no es solo una decisión personal, sino una forma eficaz de proteger nuestro medio ambiente local. Con el Día de la Tierra a la vuelta de la esquina, es hora de que reconsideremos el verdadero coste de la moda rápida y adoptemos alternativas más sostenibles.
El impacto de la moda rápida en el medio ambiente es asombroso, y las cifras lo demuestran. Producir una sola camiseta de algodón requiere más de 700 galones de agua. Las telas sintéticas, como el poliéster, liberan microplásticos en nuestras vías fluviales, contaminando los océanos y dañando la vida marina. La asombrosa cifra de 85% de ropa desechada en EE. UU. termina en vertederos en lugar de ser reutilizada o reciclada.
Aunque estas estadísticas son desalentadoras, la buena noticia es que cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia con nuestras decisiones de compra. Incluso cambiar algunas prendas de tu armario por artículos de segunda mano puede tener un impacto significativo. Al donar artículos usados en buen estado y comprar de segunda mano, alargamos la vida útil de la ropa, reducimos los residuos y minimizamos nuestra huella de carbono. De hecho, comprar una prenda usada en buen estado en lugar de una nueva puede reducir su impacto de carbono hasta en 82%. Tanto si buscas una pequeña forma de ser más sostenible como si estás listo para adoptar plenamente las compras de segunda mano, es una de las maneras más sencillas y eficaces de combatir el cambio climático, a la vez que descubres artículos únicos y de alta calidad a una fracción del precio.
En Goodwill de Virginia Central y Costera, vemos de primera mano cómo las compras de segunda mano benefician tanto a las personas como al planeta. Cada artículo donado y revendido ayuda a evitar que los residuos terminen en los vertederos y apoya nuestra misión de brindar capacitación laboral y servicios de empleo a quienes enfrentan barreras para encontrar trabajo. Al elegir comprar de segunda mano, los consumidores no solo toman una decisión sostenible, sino que invierten en sus comunidades y empoderan a las personas para construir un futuro mejor.
El impacto de las compras de segunda mano va más allá del medio ambiente: transforma vidas. Detrás de cada compra en Goodwill, hay una historia de resiliencia y renovación. Tomemos como ejemplo a Nicole. Empezó su trayectoria en Goodwill en 2017 en un puesto de nivel inicial, sin saber qué hacer con su futuro, pero disfrutando de su interacción diaria con los clientes. Nicole participó en los servicios de Goodwill Academy™ de Virginia, lo que la llevó a explorar otras oportunidades profesionales fuera de Goodwill, a la vez que desarrollaba sus habilidades de liderazgo y atención al cliente mediante formación remunerada en el puesto de trabajo. Hoy, Nicole trabaja como cajera principal en un banco a pocos kilómetros de su casa, lo que le permite pasar más tiempo con su familia. Su trayectoria es un testimonio de cómo las donaciones y las compras en Goodwill crean oportunidades para que las personas reconstruyan sus vidas, consigan empleo y logren su independencia. Estas historias sirven como un poderoso recordatorio de que, al comprar de segunda mano, no solo tomamos una decisión ecológica, sino que también contribuimos a un ciclo de empoderamiento y apoyo para quienes luchan por un futuro mejor.
En este Día de la Tierra, animo a todos a repensar sus hábitos de compra. En lugar de optar por las tendencias pasajeras de la moda rápida, consideren el impacto a largo plazo de sus compras. Si cada uno de nosotros se comprometiera a comprar solo un artículo de segunda mano en lugar de uno nuevo, podríamos, colectivamente, desviar millones de kilos de residuos de ropa y reducir significativamente las emisiones.